Nº Registro Sanitario C-15-001589
Tratamiento para pacientes con pies diabéticos

Tratamiento para pacientes con pies diabéticos

Exploración neurovascular a personas con diabetes

Tratamientos y prácticas concretas

El cuidado del pie diabético va a depender de cada persona y de su estado de salud general.

Después de realizar una exploración neurovascular del pie podemos determinar tres estados para los que se aconsejan distintos tratamientos y prácticas.

Tratamientos y prácticas concretas

Tipos de pies diabéticos

Tipo 1

Personas con glucosa controlada y con buen estado vascular, con sensibilidad térmica y táctil normal.

Los pacientes incluidos en este grupo deben cuidar sus pies igual que una persona sin diabetes, aunque no está de más seguir algunos consejos saludables:

  • Es muy recomendable pasear por la playa para estimular la circulación y la propiocepción. Es necesario hacerlo sin sandalias para que la arena nos vaya masajeando los pies a cada paso. Es un ejercicio muy beneficioso para la salud del pie y para nuestro sistema circulatorio.
  • En este tipo de pacientes son muy útiles los tratamientos ortopodológicos de descarga. Se emplean piezas de silicona entre los dedos o plantillas de descarga en aquellas zonas donde hay una presión excesiva. Este tratamiento preventivo evitará problemas en el futuro.
  • Se aconseja hacer una visita anual al podólogo para realizar unha revisión neurovascular, sobre todo a partir de los 50 años.

Tipo 2

Personas con glucosa un poco descontrolada y/o que presente déficit de sensibilidad táctil y/o térmica, aunque con un buen estado vascular.

Aquí aconsejamos revisión diaria de las plantas de los pies para detectar posibles heridas, grietas o abrasiones. Esta inspección permitirá una rápida actuación en caso de que haya una lesión incipiente.

  • Los tratamientos ortopodológicos de descarga cobran una mayor importancia, ya que hay un gran riesgo de lesión sin dolor.
  • Si se presenta algún problema debemos aplicar antiséptico de manera inmediata y acudir al podólogo lo antes posible.
  • Las personas incluídas en este grupo no deben utilizar nunca mantas térmicas.
  • Acudir al podólogo por lo menos una vez al año para que realice una exploración neurovascular aunque no se presente ningún problema. Así podrá hacer un seguimiento más exhaustivo de posibles cambios en nuestro nivel de sensibilidad. Recuerda que ante cualquier herida o cambio en el pie es aconsejable acudir inmediatamente al podólogo.

Tipo 3

Personas con riesgo vascular con o sin alteración de la sensibilidad térmica y/ o táctil, que podrían estar dentro de lo que los podólogos denominamos "Pie de riesgo".

Muchas veces es el podólogo quien detecta un problema circulatorio subyacente que se manifiesta a través de problemas en los pies. En esos casos es el médico especialista en medicina vascular quien debe diagnosticar y tratar las causas de forma inmediata.

A partir de ahí el cuidado del pie por parte del podólogo se centrará en medidas que eviten la sobrecarga y la presión de aquellas zonas más delicadas. El profesional aplica tratamientos ortopodológicos que emplean técnicas y materiales de última generación para acolchar la zona sensible y/o susceptible de ulcerarse. Las personas con un "pie de riesgo" deberán utilizar calzado amplio preparado para acomodar tratamientos voluminosos.

El gran objetivo es prevenir la aparición de las temidas úlceras ya que, una vez que se producen, son difíciles de curar y tienen un mal pronóstico en personas con problemas vasculares previos que, casi siempre, son el origen del problema.